jueves, 23 de mayo de 2013


Llevo dos semanas inmovilizada con un esguince de tobillo y eso me ha dado oportunidad de pensar muchas cosas: Lo primero dar gracias a Dios de tener un marido que se ocupa de su parte y en estos días asume también mi parte. Lo segundo la ayuda rápida y desinteresada de mis amigas trayéndome algo de compra o recogiendo a los niños del colegio. Lo tercero, estoy descansadísima.

El lado feo del asunto es la cantidad de cosas que me he visto obligada a dejar de hacer y que bullen en mi cabeza como tareas pendientes y también que me estoy perdiendo la explosión de la primavera y disfrutar de paseos en una ciudad preciosa con unos árboles tan verdes y llenos de flores....


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